Uno de ellos es el de la educación, la cual se ha transformado en un discurso económico, una empresa que debe mostrar su eficacia, eficiencia y rentabilidad. Siendo necesario para el modelo neoliberal eliminar el derecho a la educación para transformarla en un bien comercial, fuente de lucro y dominación.
Al reducir la educación a una simple mercancía se le deja como un objeto de consumo, quedando de este modo despojado de cualquier sentido formativo. La educación entonces se imparte según el modelo tecnocratico, privilegiando el Hacer, es decir tecnología aplicada, por sobre el conocer, reflexionar y ejercitar la capacidad critica del hombre.
El neoliberalismo y sus políticas financieras hacen del gasto en educación una inversión de capital humano, que recupera sus costos a través de los ingresos laborales futuros. Estamos supeditados a la política financiera del Banco Mundial, FMI, y Banco Internacional Del Desarrollo donde se impone una política fiscalicista, quitándole el rol de bienestar al estado, reduciendo el derecho a la educación, por lo cual, el estado solo debe velar por la educación básica, viéndose así la educación superior como un bien no necesario; así se legisla a favor del capitalismo lo cual le permite a los sistemas financieros aumentar sus inversiones hacia sectores privados y crear redes de créditos, donde la educación pasa a manos de las familias, privando a los sectores más pobres de una educación superior, convirtiéndolos en mano de
obra barata sustentando, de esta manera la cadena productiva del capitalismo.El que la educación superior pase a mano de las familias produce una cadena de endeudamiento a largo plazo, a través de los créditos financieros, produciéndose al mismo tiempo un déficit en la educación ya que los sectores más populares solo alcanzan su educación básica.
Así palabras, como libertad de enseñanza, marketing, stok se vuelven términos educacionales, los cuales solo reflejan en lo que se ha convertido la educación, un mercadeo de ofertas que incrementan diferencias entre sectores públicos y privados, limitando el conocimiento a especialidades que la globalización requiere.
Hoy nos damos cuenta que la educación ya no es un derecho, si no un privilegio camino a la esclavitud del conocimiento.

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